La importancia de donar sangre
La sangre es un elemento indispensable para el funcionamiento de la actividad hospitalaria habitual y para la atención de las urgencias médicas.
A pesar de los avances tecnológicos que estamos viviendo, la sangre no se puede fabricar ni comprar, y por eso es tan valiosa. Sólo puede obtenerse a través un acto altruista y generoso como la donación.
La sangre obtenida a través de las donaciones es destinada al tratamiento de muchas enfermedades que producen anemia y en el tratamiento de distintos tipos de cáncer, así como a intervenciones quirúrgicas, trasplantes de órganos y tratamiento ante accidentes, hemorragias y quemaduras.
Algunas cifras de la utilización de sangre:
- Una de cada diez personas hospitalizadas necesita sangre.
- Cada tres segundos hay alguien que necesita sangre.
- Uno de cada dos españoles necesitará sangre alguna vez en su vida.
- 450 ml de sangre puede salvar hasta tres vidas.
¿Quién puede donar sangre?
Para ser donante de sangre se deben cumplir los siguientes requisitos:
- Tener entre 18 y 65 años. Si es la primera que donas sangre, el límite está en los 60 años.
- Pesar más de 50 Kg.
- Disponer de un documento de identificación (DNI, etc)
- Evitar prácticas de riesgo para la salud (drogadicción, relaciones sexuales múltiples tanto homosexuales como heterosexuales, alcoholismo crónico).
- Tu pareja tampoco mantiene las citadas prácticas de riesgo.
También es necesario tener en cuenta que:
- Si has tenido una intervención quirúrgica o la aplicación de un tatuaje, piercing o cualquier otra circunstancia que conlleve perforación en la piel, deberán haber pasado al menos cuatro meses (consulta al personal cualificado de los centros de extracción).
- Han tenido que pasar al menos dos meses desde la anterior donación: los hombres pueden donar sangre cuatro veces al año y las mujeres tres.
El proceso de donación
El proceso de donación se realiza en plenas condiciones de seguridad para el donante. Si cumples las condiciones y quieres donar, sólo tienes que acercarte al punto de donación. Allí te informarán adecuadamente.
El proceso es el siguiente:
Antes de la donación: el personal sanitario te examinará para determinar si puedes hacerlo sin riesgo para tu salud. El proceso implica:
- Un pequeño análisis de sangre, para descartar una posible anemia.
- La toma de la presión arterial y el pulso.
- Consulta de peso.
- Asimismo, tendrás que identificarte y cumplimentar un cuestionario médico, cuyos datos son totalmente confidenciales.
Tanto el reconocimiento como el cuestionario tienen como fin identificar y descartar a las personas cuya donación pueda suponer un riesgo para su salud o para la salud del receptor de la transfusión. Por esta razón, sólo se aceptan como donantes a aquellas personas que denoten un buen estado de salud.
Durante la extracción: la extracción de sangre total dura unos diez minutos. Todo el material que se utiliza en el proceso es estéril y de un solo uso. Se recogen 450 ml. en un sistema cerrado de bolsas que contienen líquido anticoagulante y conservantes. Durante la extracción, la bolsa permanece en una balanza cuya misión es agitar la sangre para mezclarla con el líquido anticoagulante y controlar el volumen de la extracción.
Después de la donación: Después de la extracción hay que reposar unos minutos y tomar líquidos (en los puntos de extracción móviles, te ofrecerán un refrigerio y siempre podrás estar atendido por el personal de la unidad móvil).
Por otra parte, tu sangre pasa a laboratorio con el fin de detectar la posible presencia de Hepatitis B, Hepatitis C, VIH, HTLV-I/II, Sífilis y, según circunstancias epidemiológicas, enfermedad de Chagas y Paludismo. En caso de detectar alguna anomalía analítica te informaremos debidamente de la alteración y de la conducta a seguir.
Debes saber que puedes retirarte o autoexcluirte en cualquier fase de la donación.